Los meteoritos como todos bien sabemos son minerales
procedentes de espacio. Estos pueden estar compuestos de multitud de materiales
y poseer así mismo multitud de estructuras internas. Pero todos tienen en común una
característica fundamental, son una fusión de energías del espacio con energías
de la tierra. Esto ha sido visto tradicionalmente como la unión de los
terrestre con lo divino, de lo común con lo sagrado.
Su origen extraterrestre confiere a los meteoritos unas propiedades únicas
que los han convertido en centro de atención de multitud de culturas a lo largo y ancho del
planeta. Siendo utilizados para la creación de amuletos, objetos
religiosos o directamente adorados como partes o procedentes de la divinidad.
Los meteoritos son vistos como potenciadores de la comunicación
con otros planos de la existencia, así como impulsores de la evolución y el
crecimiento espiritual. Nos ayudan a conectar y comunicarnos con nuestro yo
superior.
Los meteoritos son poseedores de una alta vibración de la que podemos aprovecharnos si los colocamos sobre nuestros centros o canales de energía, de esta manera conseguiremos abrirlos estimularlos y limpiarlos. Los meteoritos se muestran
especialmente eficaces cuando los
colocamos sobre el tercer ojo.
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