Una de las practicas mas antiguas dentro del mundo del
esoterismo es la utilización de las joyas como canales para facilitar la consecución
de objetivos. En el presente articulo vamos a hacer un recorrido a lo largo de
la historia para conocer diferentes utilidades que se le han dado,
cual es el mecanismo por el que actúan en nuestra realidad, y como tienen que
ser llevadas para potenciar sus efectos.
Desde el primer momento que el ser humano tomo conciencia de
si mismo empezó a adornarse con diferentes cristales y piedras. Históricamente
todas las grandes civilizaciones han tenido sus propios minerales emblemáticos
en los que han reconocido propiedades, potencialidades y significados.
Por ejemplo los egipcios empleaban el lapislázuli la
cornalina y la malaquita, en Mesoamérica se utilizaban el jade y la obsidiana,
en china tambien el jade, los indígenas norteamericanos la turquesa azul, en el Tíbet la
turquesa verde, etc.
Las manera mas común de utilizar los cristales es llevándolos
en forma de joyas, estas pueden estar colocadas y enfocadas a diferentes partes
del cuerpo. Se llevan en los dedos para atraer ciertas influencias energéticas,
en el ombligo por ejemplo cristales rojos para despertar el deseo sexual ( un
ejemplo claro son las bailarinas de vientre orientales). Se pueden colocar en
el tercer ojo para estimularlo, en colgantes sobre el pecho para impulsar la energía
del corazón el amor y la compasión, etc.
Hoy en día en gran parte se ha perdido la intención y el
conocimiento que se tenia en la antigüedad alrededor de las joyas. En el pasado se llevaban principalmente por sus propiedades y significados mas que
por una mera cuestión estética. Aun así hemos de destacar que cuando nos atrae
una joya y decidimos llevarla hay algo en nuestro interior que nos impulsa
hacia ella por alguna razón que nuestro consciente en la mayoría de los casos desconoce.
Cuando sabemos la razón por la que llevamos un cristal, con un propósito
concreto y con una intencionalidad estos se convierten en poderosos talismanes
que aportan poder y luz a su dueño.
Las vibraciones de
las joyas se funden con nuestro campo vibracional, incrementando las frecuencias de color de
nuestra aura y potenciando las energías positivas de nuestro cuerpo. Diluyendo
las energías estancadas y permitiendo su correcto fluir, proporcionándonos
fuerza y equilibrio.
Como conclusión destacar que las joyas además de su belleza
pueden aportarnos otro tipo de propiedades que guardan en potencia en su
interior tanto a nivel sanador como de evolución espiritual. Estos pequeños
tesoros todos especiales y únicos (independientemente por supuesto de su valor económico) pueden acabar convirtiéndose en pequeños
objetos de poder, que pueden llegar a facilitarnos una visión mas clara de nuestra realidad
espiritual e impulsarnos hacia adelante en nuestros objetivos personales.
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